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Argentina: un balotaje entre un populismo de derecha reaccionario y un populismo de izquierda corrupto

NOVEMBER 11, 2023


El 22 de octubre se celebraron las elecciones generales en Argentina, y compitieron en dichos comicios cinco candidatos representando a las cinco fuerzas partidarias que quedaron en carrera luego de las internas del 13 de agosto. Así compitieron el oficialista Sergio Massa de Unión por la Patria, Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio, Javier Milei de La Libertad Avanza, Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País, y Miriam Bregman del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad. Los resultados fueron los siguientes: Sergio Massa obtuvo 36,68 % de los votos, Javier Milei 29,98 %, Patricia Bullrich 23,83 %, Juan Schiaretti 6,78 % y Miriam Bregman 2,70 %. Como ningún candidato obtuvo el 45 % de los votos o 40 % y una diferencia de 10 puntos porcentuales con el segundo, las dos fuerzas más votadas competirán en una segunda vuelta el domingo 19 de noviembre. Así entonces quedó configurada la próxima contienda electoral para el balotaje: Sergio Massa de Unión por la Patria vs Javier Milei de La Libertad Avanza.

¿El resultado fue el esperado? En parte sí y en parte no. Según numerosos sondeos de opinión, se esperaba que se presentara un panorama de ballotage entre Massa y Milei, pero no se esperaba que Massa obtuviera el primer lugar superando por casi 7 puntos a Milei. Luego de las primarias donde los resultados le dieron ganador a Milei con 30% de los votos, algunos optimistas libertarios esperaban que Milei pueda ganar en una primera vuelta, o que Milei quede en carrera para una segunda vuelta obteniendo el primer puesto como el más votado, mientras se intentaba descifrar a través de sondeos de opinión quien iría a competir en un presunto balotaje con Milei, si Massa o Bullrich. 



Juntos por el Cambio de oposición favorita a oposición desintegrada



¿Resultó extraño el magro resultado de Juntos por el Cambio dejándolo fuera del balotaje? En parte sí y en parte no. Es extraño que la oposición central, orgánica, con una estructura que lleva constituyéndose hace más de ocho años, que de un total de 24 provincias ganó 10 gobernaciones, que ganó casi 500 intendencias en los diferentes municipios del país y que cuenta con una cantidad muy significativa de legisladores nacionales, provinciales y municipales, haya quedado fuera del juego para el balotaje, mientras que una fuerza libertaria nueva, que cuenta con 0 gobernadores y 0 intendentes, y con apenas un puñado de legisladores nacionales haya quedado en carrera y que pueda lograr incluso alcanzar la presidencia. Esto es extraño. Sin embargo, Juntos por el Cambio dio indicios, muchísimos, que de que ya no estaban juntos y que el único cambio que aclamaban era destruir al kirchnerismo, y esto para los votantes parece no haber sido un objetivo suficiente para votar masivamente a la coalición. 



Previas internas despiadadas dentro de Juntos por el Cambio



De cara a las elecciones primarias, cuando compitieron dentro de Juntos por el Cambio, la líder del ala dura Patricia Bullrich contra el líder moderado Rodríguez Larreta, pudimos observar una competencia descarnada, con cuestionamientos mutuos de formas y contenidos (mayormente por parte de Bullrich hacia Rodríguez Larreta, aunque éste también le respondía a la jefa de los duros con contundencia), se enfrentaban como contrincantes políticos en un tipo de competencia conflictiva. Mientras en ese mismo contexto pre internas, Bullrich se mostraba confrontando contra el libertario Milei manifestando acuerdos explícitos y un tipo de competencia con cooperación. Por tal motivo, parecía (y hoy ya no tenemos dudas) que Bullrich compartía ideas y un programa político y económico con Milei y no con Rodríguez Larreta. Por tal motivo, luego de ganar la interna, Bullrich se encontró con grandes dificultades de mostrarse cohesionada con Rodríguez Larreta y atraer el voto de los moderados de Juntos por el Cambio en las elecciones generales. 



El cambio de estrategia de Milei post elecciones primarias



Por su parte, Milei, pasadas las elecciones internas se vio ganador (porque, si bien el 13 de agosto se presentó una suerte de empate técnico entre las tres fuerzas competitivas, el libertario obtuvo inesperadamente el primer puesto en las elecciones primarias) y pareció sentirse muy confortable mostrándose como la mejor y única oposición al kirchnerismo, y así comenzó a manifestarse con extrema agresión contra Bullrich, intentando desacreditarla y deslucirla. Así, Bullrich, de cara a las elecciones generales del 22 de octubre, comenzó a ser blanco de enormes críticas por parte de los libertarios (de esa extrema derecha con la cual siempre simpatizó), no recibió en las elecciones generales el voto esperado de los moderados de su coalición con los cuales confrontó hostilmente antes de las internas, y por supuesto no recibió el apoyo del kirchnerismo/massismo al que suele atacar constantemente (como se mencionó, toda su campaña estuvo basada en que lo importante es terminar con el kirchnerismo). Por lo tanto, que Bullrich haya obtenido escaso apoyo y el tercer lugar en la elección, quedando fuera del balotaje, podía ocurrir y ocurrió.



El cambio de estrategia de Milei y de Bullrich post elecciones generales



Aquello que parece haber sorprendido a muchos, fue que a la noche siguiente de conocidos los resultados, que arrojaron un futuro balotaje entre Massa y Milei, Bullrich (que había sido atacada con numerosos agravios por parte de Milei, le ha llegado a decir que era una guerrillera montonera de los años 70 y que había puesto bombas en jardines de infantes y matado niños) haya decidido encontrarse en la casa de Mauricio Macri con el líder libertario Milei, para darse un abrazo. Luego de amigarse de un día a otro, Bullrich manifestó ante la opinión pública en una conferencia de prensa que ella y Mauricio Macri no se mantendrán neutrales en el balotaje del 19 de noviembre, sino que apoyarán al candidato Milei. No sorprendió el apoyo de Mauricio Macri que venía dialogando hacía tiempo con el libertario y dándole numerosos guiños, tantos que la misma Bullrich mostró cierto enfado por todo el apoyo de Macri a Milei mientras ella seguía en carrera.  Sí sorprendió el apoyo de Bullrich que había sido atacada por el libertario con expresiones extremadamente violentas.



Y sí sorprende que los “halcones” que de un día a otro deciden apoyar a Milei, esperen que el resto de la coalición de Juntos por el Cambio abandone la neutralidad manifestada (ni Massa mi Milei es lo que sostiene la mayoría de la coalición) ya que Milei maltrató y agravió a Bullrich sin piedad luego de las primarias, pero viene maltratando, agraviando e insultado sin piedad y con extrema agresión hace dos años a toda el ala blanda de la coalición, a la Unión Cívica Radical, a la Coalición Cívica, al Peronismo Federal, y al larretismo que conforma el Pro blando.  Y cabe destacar que aquello que enfrentaba a la fuerza libertaria con el ala moderada de Juntos por el Cambio no solamente respondía a los constantes insultos de Milei sino a las propuestas políticas, económicas y morales libertarias que eran cuestionadas por todo Juntos por el Cambio (incluida Bullrich).



El PRO empezó a desintegrarse y los duros del PRO parece que no saben perder



Así, durante la larga y tormentosa campaña comenzó a notarse cada vez con mayor nitidez que uno de sus partidos, el PRO venía quebrantándose (el macrisimo/bullrichismo se enfrentaba fuertemente al larretismo), y la fractura quedó absolutamente expuesta luego del 22 de octubre: así el PRO se muestra dividido, los duros del PRO (los llamados “halcones”) liderados por Mauricio Macri y Patricia Bullrich armando equipo con Milei, y los blandos (las llamadas “palomas”) embanderados detrás del larretisimo, la UCR y el resto de los partidos de la coalición,  evaluando aquí y ahora como reconfigurarse. 



Los “halcones” no parecen entender que Juntos por el Cambio perdió una elección y que si perdió se erigió en oposición, una oposición de enorme relevancia si nos remitimos a la cantidad de gobernadores, intendentes y legisladores nacionales, provinciales y locales. Pero al formar equipo con Milei, los duros de la coalición enfilados detrás de Macri decidieron abandonar el lugar de oposición y apostar a ser parte de un posible oficialismo si ganara Milei. Difícil entender tal decisión por parte de dirigentes políticos que cuestionan tanto a la Venezuela de Maduro y las dictaduras de la región, dictaduras que no aceptan la derrota y se imponen como ganadores aun cuando pierden.



¿Qué pasará con la coalición Juntos por el Cambio en adelante? En principio, muchos de sus dirigentes (los moderados) entendieron el real funcionamiento de una república, la coalición fue elegida como oposición, como oposición a quien vaya a ganar el 19 de noviembre, tanto al libertario Milei como al oficialista Sergio Massa. Pero el ala dura del PRO ya se alistó detrás de La Liberad Avanza, por lo tanto, gane o pierda el libertario todo indica que los “halcones” formarán equipo con él. 


Si los moderados de Juntos por el Cambio seguirán cohesionados conformando esta misma coalición o si algunos de ellos migrarán a Unión por la Patria (Massa los ha invitado a formar parte de un gobierno de unidad), es una incógnita. Tampoco es claro qué destino puede tomar la Unión Cívica Radical, el partido centenario y socio mayoritario de la coalición, que se volvió a empoderar considerablemente durante los últimos años. Por el momento, la posición manifiesta de los blandos de la coalición, es la neutralidad, es decir, ni Massa mi Milei.



¿Repercute negativamente en el electorado de Milei que los “halcones” de Juntos por el Cambio se unan a Milei? 



Las urnas nos darán esta respuesta, hasta el momento, algunos dirigentes de la Libertad Avanza ya decidieron abandonar la fuerza libertaria debido a esta unión inesperada con varios dirigentes políticos que Milei hasta hace un par de semanas catalogaba de “casta”, pero la mayoría parece manifestarse conforme con ampliar la coalición y con contar con un apoyo del ala dura del PRO en lo que resta de la campaña y para la fiscalización de las mesas a escrutar el día de las elecciones. 



¿Sergio Massa, el ministro de economía de una Argentina cuasi hiperinflacionaria cuenta con chances de ganar el ballotage a Javier Milei?



En principio podemos afirmar aquello que arrojaron los números en la primera vuelta electoral, donde Sergio Massa obtuvo el primer puesto, aventajando como se mencionó en casi 7 puntos al segundo más votado, Javier Milei. Varios factores podrían suponerse que ayudaron a que Massa haya ganado la elección general y haya quedado en carrera para el ballotage, y habrá que ver si estos factores seguirán operando para también coronarlo ganador en el ballotage o no.



Un primer factor podría estar asociado con aquello que en Argentina se ha dado en denominar “plan platita”, ahora denominado “plan platota” en alusión a la cantidad gigantesca de dinero destinado a otorgar en campaña más planes sociales, bonos para distintos sectores de la población vulnerable, beneficios impositivos para los pequeños empresarios, mayor asistencialismo; así mientras la inflación, producto de las medidas del gobierno en funciones (y de Massa en particular que es el ministro de Economía desde hace un año y cuatro meses) carcome el presupuesto básico de los argentinos, Massa en campaña otorgó beneficios sociales masivamente, y esta suerte de compensaciones se estiman que pueden haber convencido a gran parte del electorado para votarlo.



Por otra parte, el “plan generar miedo” que Massa supo muy bien comunicar durante el último tramo de su campaña de cara al 22 de octubre, intentó y posiblemente logró, convencer al electorado que con él las tarifas de servicios públicos y en especial el boleto del transporte público no sufrirán incrementos y que en cambio con la oposición sí, y esto para un electorado que viene muy golpeado frente una inflación que lo empobrece cada día más, puede haber calado hondo. Gran parte del electorado parece no poder o no querer detenerse a pensar en el origen de la inflación, sino que se atemoriza frente al miedo de que a la inflación se sume un ajuste despiadado que no permita ya ni siquiera sobrevivir ante tantas faltas. 



Por otra parte, el Peronismo cuenta con un aparato político importantísimo a lo largo y ancho del país y especialmente en la Provincia de Buenos Aires, el distrito que reúne casi un 40% del electorado del país. Y ese aparato, con intendentes, “punteros políticos” y todo un engranaje que en campaña suele ir a buscar los votos peronistas no se había activado notoriamente antes de las primarias y se activó notoriamente de cara a las elecciones generales. De hecho, el gobernador elegido de la Provincia de Buenos Aires fue el oficialista Axel Kicillof, y para la presidencia un porcentaje muy importante de votos provinieron de los bonaerenses.



Por último, durante el último tramo de campaña de cara a las elecciones generales, y con mucho ímpetu en los dos debates presidenciales, Massa muy inteligentemente expuso ante la sociedad que el pretendía y proponía un gobierno de unidad nacional con todos los partidos políticos. Esto lo mostró, ante una sociedad probablemente harta de las peleas de Bullrich contra Massa, de Milei contra Bullrich, del kirchnerismo contra el anti kirchnerismo, de los “no casta” contra “los casta”, como un candidato moderado, dialoguista, con intenciones de lograr consensos para salir de esta terrible crisis (generada por su propio gobierno).



De estas estrategias se valió Massa en su campaña de la elección general. A dos semanas de la segunda vuelta electoral, habrá que ver si podrá mantener estas estrategias y si le darán el mismo resultado. Porque mientras tanto pasan cosas en esta Argentina en crisis, por ejemplo, hubo un faltante importante de combustible y durante varios días filas de autos se mostraban intentando conseguir nafta sin lograr conseguirlo, y los precios siguen subiendo, especialmente los de los alimentos, lo cual genera más empobrecimiento en las clases medias y en los sectores ya pobres e indigentes. 



También falta un último debate presidencial que se celebraré una semana antes de las elecciones, el 12 de noviembre, y en ese ida y vuelta entre los dos candidatos más votados, podrán surgir emociones y reacciones de un electorado que aún se siente indeciso en su voto. 



¿El voto de Schiaretti y Bregman cuentan para definir la próxima elección?



El apoyo en votos para la socialista Bregman en la elección general fue escaso, igualmente cuando un resultado se perfila según indican los diversos sondeos de opinión, tan reñido, cada voto cuenta. Por orientación ideológica, se presume que el voto de Bregman de ser positivo (si no optan los electores socialistas por abstenerse o votar en blanco) iría a Massa, ya que Milei representa un ideario extremadamente contrapuesto en la plataforma socialista.



Por su parte, el apoyo que recibió el peronista republicano Schiaretti (si no optan los electores de Schiaretti por abstenerse o votar en blanco) podría ir tanto para Massa como para Milei. Schiaretti se manifiesta con frecuencia como anti kirchnerista y al mismo tiempo ha mantenido buen vínculo con Mauricio Macri y esto haría suponer que su apoyo podría ir mayormente a Milei. Sin embargo, Schiaretti es peronista, parte de su entorno más inmediato mantiene hace décadas estrechos vínculos con Massa y esto podría llevar a que se muestre más proclive a apoyar la candidatura de Massa. En cualquier de las circunstancias, las preferencias de Schiaretti (como las de cualquier dirigente político de cualquier otro partido) no tienen por qué coincidir con las de su electorado.



Sin embargo, Massa y Milei en carrera, se encuentran intentando construir puentes, para poder captar la mayor parte del voto que eligió a otras fuerzas o estuvo ausente o en blanco en la primera vuelta electoral. 



Milei vs Massa



Finalmente conoceremos cuál será el próximo presidente de los argentinos el día 19 de noviembre, si Javier Milei, quien mantiene un ideario ultra derecha reaccionario, que conformó una fuerza con ideas liberales económicas (muchas veces planteadas con absoluta insensibilidad en esa máxima de “sálvese quien pueda”) pero al mismo tiempo con ideas extremadamente conservadoras en las esferas política y social. Esto se deja entrever, con muestras frecuentes de intolerancia hacia aquellos ciudadanos que piensan u opinan diferente a los libertarios, o los enojos e insultos frecuentes a la prensa y al periodismo crítico, o los enojos e insultos frecuentes hacia la dirigencia política opositora (que Milei elije llamarla “casta” según lo apoyen o no en esta casi aventura que tal vez lo lleve a la presidencia sin estructura partidaria y con poquísimos funcionarios propios).



a vicepresidenta de Javier Milei, Victoria Villarruel, insiste de manera sensata en defender a las víctimas de violación de derechos humanos que fueron militares o familiares de militares en la última dictadura del 76, pero insiste en no admitir que hubo un terrorismo de Estado lapidario por parte de las Juntas Militares golpistas que nos legaron un panorama terrorífico con miles de desaparecidos, torturados, y asesinados. Al mismo tiempo, la fuerza libertaria con espíritu conservador, no simpatiza con los derechos adquiridos de las comunidades LGTB ni con el matrimonio igualitario, ni con la legalización del aborto ni con el cuidado del medio ambiente, entre tantos otros derechos felizmente logrados en una Argentina más solidaria e integradora.



Por otra parte, y en relación al programa económico esbozado por Milei, la explosión literal del Banco Central y la dolarización (sin dólares) siguen resonando entre los economistas argentinos y del mundo como medidas inviables, mentirosas y especulativas (muchos lo llaman “vende humo” por considerar que las medidas que propone el libertario son inviables). 



Del otro lado tenemos al candidato oficialista, co-fundador del gobierno en funciones, Sergio Massa, que es co-responsable de la terrible crisis padecida, producto de medidas populistas de acrecentar indiscriminadamente el gasto público generando mayor inflación, y nos cuenta que cuando sea presidente podrá sacarnos de este estado de crisis garrafal mientras es ministro de economía de este gobierno, que nos sucumbe en la pobreza cada día más. Argentina hace meses que lidera el ranking entre los cinco países con mayor nivel de inflación interanual a nivel global, ya alcanzando 138,3%, y hace ya dos meses que viene liderando el ranking como primer país con mayor inflación a nivel mensual (con 12,4% para el mes de agosto y 12,7% para el mes de septiembre) y desde que comenzó la gestión Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, Argentina ya lleva acumulado un incremento de precios de 849,9%. Por su parte, según la fuente oficial INDEC, en Argentina la pobreza alcanzó al 41% de sus habitantes y la indigencia roza el 10%. 



Massa fue anti kirchnerista en 2015, dejo de serlo en 2019, y no sabremos si seguirá o no seguirá siéndolo si gana la elección, sobre esto no se pronuncia el candidato de Unión por la Patria, solamente se limita a responder que si gana gobernará él. 



Concluyendo



El núcleo duro de Milei y parte del PRO “halcón” tienen decidido su voto para La Libertad Avanza. El núcleo duro de Massa y del kirchnerismo tienen decidido su voto para Unión por la Patria. 



Gobierne Massa o Milei a partir del 10 de diciembre, queda pendiente un ajuste cambiario, tarifario y salarial, ya que si no se implementa tal ajuste no podremos salir de este esquema de déficit fiscal, aumento de la deuda e inflación. Y el cómo se hará tal ajuste es lo que aun parece generar dudas entre un electorado indeciso.


Por último, existe un electorado que tal vez no tenga nada que pensar ni definir, porque a partir de las dos opciones posibles, ya decidió mantenerse neutral hasta las últimas consecuencias y el 19 de noviembre expresará en las urnas, ni Massa ni Milei.


 


Autora:


Sandra Choroszczcucha

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