Gabriel Cortina
La guerra económica global es un ensayo sobre la relación entre economía y conflictos armados. A la hora de abordar los nuevos fenómenos bélicos, ya sean denominados, guerras híbridas, misiones internacionales, operaciones de mantenimiento de la paz, guerras contra el terrorismo o intervenciones humanitarias, la Historia es el método adecuado para describirlos y comprenderlos. El enfoque de Eduardo Olier es hacerlo desde la guerra económica y ofrecer una perspectiva de los elementos que la circundan. Su tesis es que, al final, la guerra en última instancia es la economía: lo económico es esencial para lanzarse a un conflicto, y es imprescindible como método de ataque o defensa ante un contrario u oponente.
En opinión del autor, la guerra económica es un concepto nuevo y poco tratado. Si bien es cierto que siempre quedará la política para evitar el conflicto armado y buscar posibles alternativas o hacer uso de la disuasión, el inicio de la guerra es siempre una causa política. Por lo tanto, es la idea central, no existe política sin economía, ni al revés. A su entender, sin economía no hay guerra, y la guerra construye o destruye la economía; además, todo conflicto armado, al igual que todo acto económico, tiene un espacio en el que se desarrolla; y, finalmente, tanto el uso de la fuerza como la búsqueda de beneficios y recursos persiguen una determinada dominación. El contenido responde a todos aquellos elementos que la anteceden o la superponen y, por esa razón, el ensayo se divide en tres partes: economía, espacios y dominio.
El lector puede comenzar por donde quiera. La primera parte de “Economía” trata temas como la riqueza y la escasez, el capital y las materias primas, el capitalismo y la globalización. La segunda, dedicada a “Espacios”, se aborda la importancia de la política, la religión, la tecnología, internet, la realidad territorial y las migraciones. En “Dominios” pretende mostrar al lector la relevancia de la geoeconomía, lo que significa la guerra, el impacto de las revoluciones, las estrategias y las potencias, y la configuración de un nuevo orden mundial. Así pues, este ensayo explica cómo se relacionan la guerra y la economía, con el trasfondo de la política.
Las relaciones internacionales son inciertas y mucho más en un mundo interconectado. La conclusión es que estos tres elementos –economía, espacios, dominios- son los que desencadenan, desarrollan o difuminan los conflictos violentos. Se detallan los diferentes aspectos que llevarán a un nuevo orden mundial hoy en formación, y trata de explicar por qué razón las nuevas tecnologías serán uno de los elementos clave en los cambios políticos y sociales, y las luchas de poder, que sustentarán el devenir de este siglo. La tensión por la supervivencia de épocas pasadas, se transforma hoy en la rivalidad por el dominio. Igual que hay guerras económicas que surgen por las desigualdades, las hay por aquellas originadas a causa de la prosperidad. Este enfoque, el de la prosperidad, es el que merece especial atención.
Eduardo Olier recuerda que el mundo actual vive inmerso en múltiples conflictos, algunos en forma de guerras declaradas y otros bajo nuevos modelos de guerras híbridas que se producen en numerosos países, aunque la sociedad no las perciba como tal. El toque de atención corresponde a las sociedades opulentas, aquellas que, inmersas en la globalización, temen perder su bienestar. De ahí que la guerra económica, política o militar, se orienta en estas sociedades a conseguir más beneficios.
¿Qué orientaciones hay para el próximo futuro? Básicamente tres: primero, que Oriente Medio no alcanzará a estabilizarse, pues son muchos elementos los que aparecen en contra de esa tendencia. Además, el fenómeno terrorista de naturaleza islamista continuará. Segundo, que Europa se ve amenazada por inestabilidades políticas internas, migraciones desde África y una demografía en claro declive, lo que dará como resultado sociedades envejecidas con pérdida de dinamismo. Y en tercer lugar, que la América hispana, ese gran continente Sudamericano, incluido Brasil, espera a tener su lugar en el espacio global.
A todo esto cabe añadir, en mi opinión, que en un mundo globalizado es necesaria la estabilidad para que todos los actores puedan funcionar. La autonomía estratégica completa no es posible, pues quien es fuerte en materias primas puede ser débil en tecnología, o necesite asegurar un mercado para obtener ingresos. La geografía es importante, así como los accesos y la estabilidad de las fronteras vecinas. No hay que olvidar la importancia del factor cultural o étnico, así como el religioso, del ser de las civilizaciones, que no son factores económicos, aunque esté todo relacionado, pues la política abarca un todo. Si bien es cierto que el nuevo paradigma nuclear ha roto la perspectiva de la posibilidad de victoria y ha asegurado la derrota total por ambas partes, y que la estabilidad es necesaria para el desarrollo de las potencias implicadas, la amenaza en la actualidad son las guerras civiles, las guerras por delegación y el impacto de los actores no estatales. Fortalecer la comunidad internacional y potencial las posibilidades que ofrecen la diplomacia y la cooperación pueden ayudar a resolver conflictos armados. De fondo, no hay que olvidar la locura nacionalista o totalitaria, motores del quehacer político contemporáneo, cuyas consecuencias ya conocemos. Además, en la actualidad la carrera por la supremacía tecnológica marca la tendencia de las potencias globales, principalmente Estados Unidos y China, con especial atención a las posibilidades de la inteligencia artificial.
El contenido de este libro es de tremenda actualidad. Se enmarca dentro de la actividad propia de la inteligencia económica o competitiva -según la definición desde diferentes tendencias-, y merece ser posicionado como un título de referencia dentro de la bibliografía emergente de estas materias publicada en español. De interés para estudiantes e investigadores, así como para aquellos que desean conocer las dinámicas de la realidad internacional, los actores y sus intereses. En definitiva, el lector aprenderá a ver cómo se cruzan guerra y economía con el trasfondo de la política, y muestra los diferentes aspectos que llevarán a un nuevo orden mundial ahora en formación, donde las nuevas tecnologías serán uno de los elementos clave en los cambios políticos y sociales.
Gabriel Cortina
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