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Los primeros 45 días de Mil

Actualizado: 25 jun



ENERO 29, 2024


Javier Milei ganó las elecciones en Argentina el 19 de noviembre de 2023 con el 55,65 % de los votos en una segunda vuelta electoral, luego de haber obtenido un 29,9% en la primera vuelta de la elección general. Esto arrojó un escenario donde Milei cuenta finalmente con un apoyo ciudadano mayoritario y una adhesión parlamentaria muy limitada. Ya que, de un total de 257 diputados, La Libertad Avanza (LLA) cuenta solamente con 38 y de un total de 72 senadores con 7. A días de que Milei comenzó a ejercer como presidente de la nación argentina, emitió un mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y envío una mega ley “ómnibus” a la cámara de Diputados. Se trata de un mega DNU porque contiene un total de 366 medidas de reforma y una mega ley “ómnibus” porque contiene 664 artículos. El DNU ya entró en vigencia y debe ser aceptado por completo (en bloque) por sí o por no, por un órgano bicameral del Congreso conformado por 8 diputados y 8 senadores nacionales. Si la bicameral se pronuncia por sí (desde llegada la democracia, hace 40 años, nunca se rechazó un DNU en Argentina, aunque nunca un presidente envió un decreto con 366 medidas a aceptarlas en bloque) el DNU pasará a ambas cámaras, y si una de las dos cámaras lo aprueba, continuará en vigencia. Si ambas cámaras lo rechazan, el DNU se suspenderá.

Mientras tanto el DNU se encuentra en vigencia y propone medidas tales como la derogación de la ley de alquileres, derogación de la ley de góndolas, derogación de la ley de compre nacional, derogación de la ley de promoción industrial y comercial, derogación de la normativa que impide la privatización de empresas públicas, reformar el código aduanero, modernización del régimen laboral, modificación del código civil, modificación del código comercial, modificación del marco regulatorio de la medicina prepaga y obras sociales, modificación al régimen de empresas farmacéuticas, desregulación de los servicios de internet satelital, desregulación del sector turístico, etc. Las derogaciones y desregulaciones son de tal magnitud que el DNU pretende poner en manos del presidente la decisión de implementar más de 300 medidas en el campo industrial, comercial, laboral y hasta civil. En relación a estas medidas unilaterales que pretende arrogarse el presidente, ya se pronunció la Cámara del Trabajo dictando una cautelar que pone freno al capítulo cuarto del DNU, en el cual se enumeran las reformas laborales (con el objetivo de la desregulación del mercado laboral). 



Respecto a la ley “ómnibus”, fue discutida durante todo el mes de enero, y finalmente tras arduas negociaciones con la oposición más negociadora (el PRO duro, parte del PRO blando, parte de la Unión Cívica Radical, parte de la Coalición Cívica y del Peronismo republicano federal), el oficialismo logró un dictamen de mayoría con disidencias parciales. La bancada de Unión por la Patria (el ex kirchnerista Frente de Todos) presentó un dictamen de minoría en rechazo al proyecto oficial. 



Las principales disidencias de los legisladores opositores dialoguistas se encuentran focalizadas en la negación al aumento de las retenciones a las exportaciones, al sistema de actualización de jubilados, al financiamiento político, y al mecanismo a través del cual pretende el gobierno decidir sobre las privatizaciones. Así, luego de las modificaciones al texto original de la ley “ómnibus”, el oficialismo buscará ahora que la mega ley sea tratada en la Cámara de Diputados el próximo jueves 1 de febrero.


 


La devaluación del peso impulsada apenas asumió Milei y la inflación que prosigue



Tras la gran devaluación oficial a días de que asumió Milei, el dólar pasó de casi 400 pesos a 800 pesos, así implementó el ministro de Economía de Milei, una devaluación mayor al 100%. Mientras tanto el dólar blue (el dólar paralelo que se mueve de acuerdo a lo que dicta el mercado) se mantuvo en 1070 pesos para luego bajar hasta llegar a 990 pesos. Sin embargo, en estos momentos, a 45 días de gestión Milei, el dólar paralelo ya escaló a 1245 pesos, volviendo a llevar al alza la brecha entre el dólar oficial y el paralelo. La mega devaluación del dólar oficial impulsada por el gobierno que consideraba que el tipo de cambio se mantenía fuertemente atrasado, llevó a un sinceramiento de precios, lo cual implicó un aumento sideral de los precios.



Así, el precio del combustible, pasó de costar 0,30 centavos de dólar el litro a 1 dólar, los medicamentos, los electrodomésticos, la vestimenta, artículos de limpieza, y principalmente los alimentos subieron sus precios de manera escalofriante. La última medición de inflación mensual de diciembre de 2023 arrojó la cifra de 25,5% y Milei comunica con frecuencia que debemos esperar estas cifras de inflación por unos cuantos meses más. En las góndolas de los supermercados, la mayoría de los productos sufrieron alzas de precios mucho mayores a la cifra promedio medida por el INDEC de 25,5%, llegando a marcar en muchos productos de la canasta básica un 100% de aumento. Y Milei insiste en que tendremos que padecer varios meses más de altísima inflación. 


 


El pragmatismo de Milei va sufriendo mutaciones



Milei antes de llegar a la presidencia se peleaba con el Papa Francisco, con Juntos por el Cambio y con Patricia Bullrich en particular que era una de sus grandes competidoras hasta la elección general del 22 de octubre, con Lula da Silva el presidente de Brasil, con la casta argentina, etc., y una vez elegido presidente, comenzó el acercamiento y la reconciliación con el Papa, el acercamiento, la reconciliación y la inclusión de Patricia Bullrich a LLA, donde comenzó a ocupar el cargo mayor en el ministerio de Seguridad; por su parte, la nueva canciller Diana Mondino ya acercó posiciones con Brasil, y la casta que tanto cuestionaba de Juntos por el Cambio y de Unión por la Patria ya ocupan cargos nacionales, provinciales y locales junto a LLA. Milei presidente decidió elegir el conveniente pragmatismo, principalmente tomando en consideración que, con 38 diputados, 7 senadores, ningún gobernador provincial y ningún intendente municipal se vuelve muy difícil gobernar.



Sin embargo, este pragmatismo en los 45 días que lleva gobernando fue mostrando mutaciones, ya que cuando los legisladores opositores (los dialoguistas y los no dialoguistas) se manifestaron en contra con varios puntos de la ley “ómnibus” los responsabilizó adjudicando que la demora en votar la mega ley es lo que llevó a la suba del dólar paralelo, que fue escalando como se mencionó desde un valor de 990 pesos a 1245 pesos, así, según Milei la falta de apoyo del Congreso para aprobar el tiempo record facultades extraordinarias por dos años con posibilidades de extenderlas a dos años más (toda su gestión de gobierno) es la causante del aumento del dólar y de la consecuente inflación. Milei necesita el apoyo de los legisladores y atacarlos en lugar de persuadirlos parece demostrar que el presidente por momentos pierde el pragmatismo de los primeros días de gestión.



Lo mismo ocurrió tras padecer dos protestas en las calles por parte de fuerzas de izquierda y sindicales y un paro general el último 24 de enero, Milei y sus dirigentes más cercanos comenzaron a responsabilizar de la crisis general a los sindicatos, los movimientos sociales y la dirigencia política kirchnerista y de izquierda que convocaron al paro general. Y mostrarse molesto tras un paro general a 45 días de asumir la presidencia tiene sentido, principalmente si al anterior presidente que gobernó horriblemente, Alberto Fernández, no le hicieron un solo paro general.



Sin embargo, Milei había comenzado su gestión intentando lograr un buen diálogo con los sindicatos, sabiendo que, si negocia y no confronta con ellos, la gobernabilidad en las calles la tiene más resguardada. Parecido ocurrió con los gobernadores, en ninguna de las 24 provincias existe un gobernador de LLA, y por tal motivo, la relación de Milei con los gobernadores intentó desde un principio ser cordial y muy amigable. Sin embargo, durante estos últimos días, en el marco de que varios gobernadores rechazaron algunos artículos de la ley “ómnibus”, como por ejemplo el que plantea el aumento de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, Milei manifestó literalmente a su ministro de Economía, Luis Caputo y a sus más altos colaboradores “los voy a dejar sin plata, los voy a fundir a todos, si la ley no se aprueba las más perjudicadas van a ser las provincias”, mientras el ministro de Economía posteaba en su red social X (ex Twitter) en una suerte de amenaza directa hacia las provincias “me reuní con el secretario de Hacienda y la subsecretaria de las Provincias para delinear todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado”. De tal manera, pudo visualizarse durante los últimos días, como el pragmatismo de los inicios de gobierno, respecto a la relación con la totalidad de los gobernadores provinciales, también está tambaleando.



¿Las protestas sindicales, de la izquierda y del kirchnerismo restan legitimidad a Milei



Llevamos más de una década de crisis severa en Argentina tras el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner desde 2011, el gobierno de Cambiemos bajo la presidencia de Mauricio Macri desde 2015, y durante los últimos cuatro años el gobierno kirchnerista presidido por Alberto Fernández y vice presidido por Cristina Fernández de Kirchner que desde 2019, nos sometió a los mayores índices de inflación mensual y a ocupar el tercer lugar como nación con mayor nivel de inflación interanual a nivel global (luego de El Líbano y Venezuela). Al llegar Milei al poder, la inflación interanual ya escalaba a 140%. Este último gobierno kirchnerista, tras su pésima gestión generó al mismo tiempo que, para el primer semestre de 2023, la pobreza alcance según el INDEC, la cifra del 40,1%, la indigencia del 9,3%, y que el 56,2% de los niños de 0 a 14 años sean pobres (en relación a este último dato, hubo un incremento de 5,3% respecto del primer semestre de 2022). 



Y mientras escalaba la inflación, la pobreza, la indigencia y la pobreza infantil de un modo escalofriante, con más intensidad aun en el período del último gobierno kirchnerista, los movimientos de izquierda y los sindicatos no se manifestaban, Alberto Fernández no se sometió a ningún paro general. Por tal motivo, los sindicatos, los movimientos de izquierda, y el kirchnerismo hoy presentan una imagen muy negativa ante la sociedad civil, tan negativa que un outsider muy opositor a estos grupos terminó ganando la elección última en Argentina. Por eso, hoy las protestas sindicales, de la izquierda y del kirchnerismo no parecen restarle legitimidad a Milei, sino más bien empoderarlo. 



El empoderamiento de Milei puede tener su límite



El empoderamiento que Milei no tiene en el Congreso sí lo tiene ante la opinión pública, por eso ganó la última elección, y como se mencionó, las críticas y protestas de los grandes responsables de esta crisis fatal que atraviesa el país, lejos de restarle apoyo ciudadano al presidente lo acrecienta.



¿Esto quiere decir que Milei tiene asegurada la gobernabilidad? No, no la tiene asegurada si no se muestra más amable y conciliador con el Congreso en donde se encuentra en híper minoría, si sigue amenazando con retirarles recursos a los gobernadores provinciales, y no la tiene asegurada pasado el corto plazo, tampoco ante la opinión pública, si junto a sus anuncios de que la inflación de los próximos meses se mantendrá igual o peor que la última (del 25,5%), no marca una hoja de ruta capaz de comunicar a los ciudadanos cuánto y hasta cuánto será el padecimiento y si no pone un límite al shock del ajuste estructural, porque los ciudadanos seguramente tengan un límite de umbral de padecimiento.



Pensar que entre los sectores pobres y medios se podrá tolerar que la inflación siga escalando así por meses y que se aumenten intempestivamente las tarifas de los servicios públicos, es osado. Por eso, tal vez no sean los sindicatos, los movimientos sociales, o el kirchnerismo los que puedan poner en jaque la gobernabilidad de Milei, sino los ciudadanos, incluso los que lo votaron, si el presidente no advierte que es insoportable aguantar los niveles de inflación y el ajuste que sigue comunicando que deberán seguir soportándose en el corto y mediano plazo. 



¿Milei propone un verdadero cambio o pretende volver al pasado?  



Milei propuso tanto un cambio que Juntos por el Cambio perdió el sello del cambio, al extremo de que luego de la victoria de Milei, la coalición Juntos por el Cambio parece seguir desarmándose (la Coalición Cívica ya comunicó formalmente la retirada del espacio cambiemista, el PRO duro macrista ya se encuentra formando filas detrás de LLA de Milei, gran parte del radicalismo analiza como proseguir, el peronismo republicano federal ya se alió en un interbloque en el Congreso con la Coalición Cívica y el peronismo cordobés). Milei propuso un cambio y ganó proponiendo un cambio, un gran cambio. Sin embargo, para muchos, el nuevo presidente pretende volver a dos modelos ya vividos en el pasado.



Un modelo al que habría que remontarse a mediados del siglo XIX cuya bonanza se prolongó hasta comienzos del siglo XX. En Argentina en aquel momento predominó un modelo llamado Agroexportador, a partir del cual Argentina exportaba productos agropecuarios a Europa e importaba productos manufacturados del Viejo Continente. Fue una época próspera económicamente, porque el producto que mide el crecimiento de la economía nos presentaba una cifra sideral que nos ubicaba como una verdadera potencia económica. Argentina era el granero del mundo porque los granos argentinos se expandían por el mundo.



Pero en esta época, socialmente, la mayoría de los argentinos padecía de enormes faltas; crecía el producto bruto porque crecía la riqueza de los agroexportadores, de los dueños de los grandes latifundios que representaban a una pequeña élite de la sociedad, mientras que la gran mayoría de la población padecía grandes penurias.


Articulado con esto, la élite rica que llevaba a la Argentina a la cúspide económica, también era la que gobernaba o elegía a los que gobernaban. No más de 200 familias argentinas podían votar o ser votadas para conducir las instituciones y la burocracia. Por eso, junto a un modelo de enorme desarrollo económico nos encontrábamos con un modelo político que fue calificado hasta 1912 de democracia limitada, donde los conservadores en el poder, durante largos años embanderados detrás del Partido Autonomista Nacional (PAN) gobernaron décadas de modo ininterrumpido, a través del fraude y con elecciones muchas veces ganadas a punta de pistola, donde se obligaba a que los ciudadanos voten al partido conservador.  



Pero en 1912 se promulgó la ley Sáenz Peña, y así pudimos empezar a gozar del voto universal, secreto y obligatorio, y cuando en 1916 pudieron celebrarse las primeras elecciones post ley Sáenz Peña, y gozamos del derecho de que todos los hombres mayores de edad voten, sin fraude y sin pistolas, se acabó el primer modelo que venera el presidente Milei. 



El otro modelo que reivindica Milei es mucho más contemporáneo, el de la década de 1990, una década donde la Convertibilidad llevó a que Argentina pueda estabilizar su economía, deje de padecer el flagelo inflacionario, y esto se llevó a cabo en un momento donde la tasa de interés internacional bajaba, la de la región latinoamericana se volvía atractiva, y así en 1989 se diseñó el plan Brady para reestructurar la deuda externa, y todos los países, Argentina también, pudieron firmar su nuevo plan para poder salir del default luego de lo que se conoció como la década perdida, ya que desde 1982 todos los países de la región se mantuvieron en default post dictaduras militares.



La década de los ´90 sacaba del default a toda la región, y la Convertibilidad en Argentina junto con un paquete de reformas estructurales pro mercado llevaron a superar el enorme flagelo fiscal e inflacionario. Pero esta Convertibilidad eterna, con una apreciación sostenida de la moneda local, llevó a que Argentina se convirtiera en el país más caro del mundo, y a que entonces la industria argentina se resintiera y se quebrara, y esto llevó a que junto a la desindustrialización asomara un desempleo creciente, y el desempleo creciente sostenido en el tiempo generó una desintegración social creciente, y todo esto ocurrió mientras la corrupción se expandía por todas las áreas del Estado, empezando por la cúpula donde el entonces presidente, Carlos Menem, acumuló una docena de causas por corrupción a lo largo de sus dos presidencias y finalmente fue condenado por el pago de sobresueldos a funcionarios de su gobierno y por la venta del predio de la Sociedad Rural.



De esa trama de corrupción y de esa Convertibilidad eterna no pudo salir airoso un gobierno recontra ineficiente como el de Fernando De la Rúa, y así luego de una bulliciosa y violenta crisis de gobernabilidad, con cacerolas en las calles y heridos y muertos, tuvo que abandonar el poder dos años antes el presidente De la Rúa, y poco más tarde, llegaron los Kirchner al poder (a no olvidar que las penurias que nos legó la década de los ´90 nos llevaron a que el kirchnerimo se presente como “el sanador” de esas penurias). 



Estos son los dos modelos que reivindica el presidente Milei. Y estos dos modelos no representan un cambio, sino una vuelta al pasado, a un pasado que nos llevó a este presente, un presente donde el padecimiento es brutal. 



Autora:


Sandra Choroszczucha

  • Politóloga y Profesora de la Universidad de Buenos Aires

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