Armando Chaguaceda y Demián León
“Se equivocan menos los ciudadanos que los políticos. El pueblo tiene un instinto certero, es sabio: (que haya) consulta ciudadana y que el ciudadano nos diga ‘quiero esto’ o ‘no quiero esto’. En la democracia es el pueblo el que manda, el que decide.” Andrés Manuel López Obrador
Los comicios generales del 1º de julio de 2018 en México definieron un escenario político sin precedentes en la historia del país. En principio, la irrupción abrumadora de los candidatos de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA iii), quienes obtuvieron la Presidencia de la República, la mayoría en las dos cámaras del Congreso de la Unión, cinco de nueve gubernaturas en disputa, superioridad en 19 congresos estatales y la victoria en cientos de ayuntamientos; se fusionó con una marcada debilidad electoral de los partidos tradicionales (Revolucionario Institucional –PRI–, Acción Nacional –PAN– y de la Revolución Democrática –PRD–).
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por MORENA y los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES); ganó las elecciones a la Presidencia de la República con más de treinta millones de votos (lo que representó el 53% del total de sufragios emitidos iv). Para el Congreso federal, en su LXIV Legislatura (del 1º de septiembre de 2018 al 31 de agosto de 2021), los partidos de dicha coalición dispondrán de mayoría absoluta en ambas cámaras (es decir, el 50% más uno), lo cual podría allanar el camino al presidente para eventuales reformas constitucionales.
De acuerdo con diferentes análisis, la extensa victoria de MORENA obedecería a variados factores, entre los que sobresaldría: una fuerte popularidad de su candidato presidencial y líder histórico, quien fue reconocido como un luchador social con presencia política permanente y considerado como un agente disruptivo de oposición; una fuerte base social de un partido-movimiento naciente, que se ha catalogado de “auténtica” antítesis a los partidos tradicionales; fracaso de las últimas administraciones encabezadas por el PAN y el PRI (a quienes socialmente se les atribuye una fuerte carga negativa en temas como corrupción, violencia, inseguridad, pobreza, desigualdad, impunidad e incapacidad por la defensa de la soberanía) y la preferencia ciudadana por un cambio más determinante.
En ese sentido, lo anterior implica un nuevo diseño político en el país que se observará en la posibilidad de... (Leer más)
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Armando Chaguaceda, politólogo, historiador y profesor de la Universidad de Guanajuato y estudia la relación entre la sociedad civil, las instituciones políticas y la democratización (y la desdemocratización) en América Latina y Rusia.
Demián León, estudiante de doctorado en Ciencias Sociales en la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guanajuato. Licenciado en Relaciones Internacionales y maestro en Ciencias Sociales.
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