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Centro para el Bien Común Global

Quo Vadis España? Sin política exterior, un país a la deriva

Actualizado: 22 oct

Por Dr. Pedro Francisco Ramos Josa

Analista del Centro para el Bien Común Global de la Universidad Francisco de Vitoria.




Hace tiempo que España ha renunciado a tener una política exterior que le ayude tanto a relacionarse con el resto de naciones de forma coherente como a encontrar su lugar y defenderlo dentro del tablero mundial. Sin política exterior, nos hemos convertido en un peón de una partida jugada por otros, las grandes y medianas potencias que hoy compiten por el dominio global.

Si bajo la presidencia de José María Aznar se produjo un giro atlantista basado en el paraguas del poder duro de Estados Unidos, y que derivó en las protestas contra la invasión de Irak, germen del actual populismo progresista; con José Luis Rodríguez Zapatero se impulsó un giro de 180 grados para convertir a España en una potencia media de poder blando, con la ayuda exterior al desarrollo y su Alianza de Civilizaciones como puntas de lanza.

Con estas dos estrategias tan distintas, España primero se posicionó como un aliado preferente de Estados Unidos, para después ser denostado por Washington en un cambio que intentó colocar a Madrid como paladín de la interdependencia, alejándose así de las lógicas de poder para transitar por las vías del respeto y la colaboración. Una diplomacia naïve que sonaba muy bonita tras el realismo de la etapa de Aznar, pero que dejó a España sin alternativas tras la crisis económica desatada en 2008.

La etapa de Mariano Rajoy estuvo centrada precisamente en sacar a España del estercolero de los PIGS en el que nos habíamos metido, para luego enfangarse de nuevo en el lodazal del soberanismo catalanista. Una España ensimismada en sus propios asuntos que limitó su estrategia exterior a tratar de recuperar el prestigio perdido entre rescates económicos y falsos referéndums. Sin apenas levantar los ojos de Bruselas, se recortaban las partidas de Exteriores y Defensa sin pudor, mientras España perdía influencia internacional.

Y en esas llegó a la Moncloa Pedro Sánchez, que lejos de revertir el paso, impuso su propio acelerón hacia la liquidación de la política exterior española. Veamos cómo.




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